Como podéis ver, muchos de los adornos son los juguetitos que vienen en los huevos Kinder.
La alfombrita es de un coletero de mi prima chica, no sé ve bien pero es una flor.
Y ahora una vista más detallada.
El maniquí no se ve bien con la máquina, pero está. En el mueble está el costurero con sus bobinas de hilo, sus madejas de lana (se ve una madeja rosa al lado del costurero verde) y sus agujas de punto, que son alfileres pequeños de esos que viene con las camisas (eso ha sido invención mía).
El papel higiénico es de verdad, pero eso no tiene mérito porque venía con el portarrollos.
La "cosa" esa amarilla que hay en el suelo, son pruebas que estaba haciendo para ver si me servía de toalla, pero no me gustó el resultado y realmente no sé que hace ahí en el suelo.
La señora de la casa, está tomando el té.
Esta es la parte de la casa que más recuerdos y cosas de valor lleva.
El juego de café era de la abuela de mi marido. Al parecer un recuerdo de primera comunión, pero no sabemos si de ella, o de uno de sus hijos.
En el aparador se pueden apreciar (difícilmente) dos matriuskas (me vuelven loca) que en principio eran pendientes que trajo mi suegra de un viaje a Rusia hace al menos 20 años.
El cochecito es de plata de un llavero encontrado en algún sitio.
Y el suelo.... Incluso al tocarlo parece parqué. Pero no lo es. No tengo ni idea de qué material es, pero se corta como cartulina, fácilmente.
LA COCINA:
Es difícil apreciar con detalle todas las cosas que hay en la cocina.
La fregona, y el macetero de macramé los hice yo en su día.
Hay cuencos que son partes de coleteros rotos.
EL DORMITORIO:
Y por último, EL INVERNADERO:
Normalmente anda por ahí dentro el jardinero haciendo arreglos florales, hoy será su día libre, jajaja.
Y dentro, quizás lo que guardo con más cariño. Todas y cada una de las flores están hechas por mi suegra. A ella le encantaban las manualidades. Pero especialmente hacía flores y adornos con miga de pan. Yo prácticamente no la conocí, pero al morir, dejó en una cajita muchas florecitas para algún broche que estuviera haciendo. Mi marido la guardó con mucho cariño. Siempre apenados de no poderle darle uso a las florecillas y hojitas. Al regalarme el invernadero, (fue una supersorpresa) se me encendió la lucecita, y un día la llegar a casa le di la sorpresa de ver todas las flores y hojas formando ramos, arbustos... el centro de la mesa es un dedal de madera que nunca pude usar porque me queda enorme.
Ahora la casa ya no está igual. Mi marido me regaló la planta sótano, por lo que trasladé la cocina al sótano, y puse también abajo un cuarto para la nanny.
En el lugar de la cocina puse un comedor. Pero eso ya lo enseñaré otro día.
Y mi otra casita, claro.